sábado, 24 de septiembre de 2011

Estaciones

En una estación las despedidas son amargas,
de tal modo que ata a las almas
de los amantes que no se despiden,
de las señoras con prisa,
del viajero de cada martes,
del viento llevándose tu sonrisa.

Estaciones de cuerpos nerviosos
de pisadas rápidas y frenéticas,
de saludos llorosos
y carcajadas histéricas,

de abrazos de oso,
de besos de abuela,
de palmadas en el hombro
de viajeros sin maleta,

entre el gentío callo y observo,
respiro, olfateo y pienso
en cuantos besos te debo

la próxima vez que te vea.