Aglutinantes cuerpos sudorosos
como una cebolla que se pocha,
son sólo sombras sin rostro
con actitud de que nada les importa,
siendo un constante hormigueo
desde un pub, una cafeteria, o un piso
salis con un "luego vuelvo"
para que engañaros, seré conciso,
mientras burbujea mi fermentada,
espero y no volvéis,
por lo tanto ya lo veís
no es mi alma la condenada.
Con este poema participo en el segundo Concurso de Poesía de Heptagrama
1 comentario:
qué profundo!
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