Cada noche que me roza la absenta
las farolas me susurran tu nombre,
y de madrugada no soy más hombre
que al verte la cabeza asienta,
pues por ti volví a perder la cordura
esta vez seguro que será mi hecatombe,
con un aumento radical de locura
espero que acabe el día y empiece la noche.
Y así olvidarme y prenderme de ti, en cada vaso,
borrarte y escribirte, en cada litro,
tacharte y pintarte, en cada cubito,
beberte y vomitarte, en cada trago,
otear el horizonte perpendicular al suelo,
no caerme, sino mirar el cielo,
por ti, solo por ti,
hasta que el whisky lo ahogue el deshielo
y sobre jugos de mi traquea
decirte, te quiero y odio, resaca.
las farolas me susurran tu nombre,
y de madrugada no soy más hombre
que al verte la cabeza asienta,
pues por ti volví a perder la cordura
esta vez seguro que será mi hecatombe,
con un aumento radical de locura
espero que acabe el día y empiece la noche.
Y así olvidarme y prenderme de ti, en cada vaso,
borrarte y escribirte, en cada litro,
tacharte y pintarte, en cada cubito,
beberte y vomitarte, en cada trago,
otear el horizonte perpendicular al suelo,
no caerme, sino mirar el cielo,
por ti, solo por ti,
hasta que el whisky lo ahogue el deshielo
y sobre jugos de mi traquea
decirte, te quiero y odio, resaca.
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