Pigmentación roja, sangre, fuego en mi piel,
cuando me usas de atril y lienzo
en tus obras de amor verdosa miel,
a la tentación no venzo,
no porque no pueda,
sino, porque no quiero,
así abriste la veda
aunque fuera pleno invierno,
para dar caza a la fiera
que cada uno llevamos dentro,
dentro de nuestro ser
y cuando somos un solo cuerpo.
La inspiración, el placer, el roce,
los arañazos, los besos, y la tentación,
me la trajiste en cajas de seis, de doce
de veinticuatro y treinta y dos,
y ambos rezando una oración
para que cierta combustión explote,
y en un barrido de su onda de expansión,
las injusticias se lleve muy lejos
y pueda escribir luego,
con pigmentación roja, sangre, fuego...
… te quiero.
1 comentario:
mucho ha llovido
mas no lo suficiente.
el hielo y el fuego se entremezclan,
conviven, aunque las llamas
se impacientan
por saber cuándo se prenderán de tu cuerpo
incendiándolo, abrasándolo
abrazándolo
hasta consumirse con la noche furtiva
despierta, y sin nombre
quemarse con tu locura en este mundo
tan lógico, cabal, muerto
tuerto, frío
siempre vacío, hueco
cuando el eco de tu risa no lo alcanza
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