Desde que me levanto por la mañana ya hay un dilema que me acorrala, vestirme. con el simple echo de mirarme al espejo recienlevantado, en carne y hueso, me doy cuenta que saco los pies del tiesto, ese que lleva la etiqueta "rebaño sin cerebro". Eso o mi tiesto es un planeta entero para correr y saltar sin temores ni escollos.
A lo que me refiero es a la demasiada importancia que da mucha gente al atuendo de cada día. Al pensamiento del que dirán, de si aran el ridículo, etc... Así en un continuo bucle de sandeces y tonterías la gente se viste por moda, para encajar o porque pertenece a una "tribu urbana". Sinceramente y desde lo más profundo de mi conocimiento y respeto, utilizaré el atuendo qué más me apetezca (sin rozar la psicosis) y no me matare por mejorar mi aspecto físico, porque si le cambiara algo ya no sería yo.
Desde lo otra parte de mi estilográfica me pongo en guerra con mi alrededor para luchar con lo absurdo de lo humano, la moda, que es peor que un colocon de estramonio. En fin darme cicuta por favor.
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