martes, 31 de mayo de 2011

Tierra de temperatura extrema
y ciudadanos de sesera dura,
lugar donde el Sol quema
me refiero y hablo de Extremadura,

tierra de Cáceres y Badajoz,
lares de lagares,
viñedos y cosechas de hoz,
¡ah! y buenos vinos en sus bares.

Ccomo no hablar del buitre leonado
allá en Monfragüe lo verás revoloteando,
en su zona favorita el Salto del Gitano,
que quita hasta el hipo, a quien viva en llano.

Tierra de belloteros y mangurrinos,
así nos denominamos lo que aquí vivimos,
los que aquí crecimos,
los que de aquí no queremos irnos.

Tierra natal de Cortes, Pizarro y Espronceda,
los dos primeros de las Américas conquistadores,
y el tercero de la mar aunque fuera con sus poemas
de un velero bergantin con cañones

lunes, 30 de mayo de 2011

Veredosa Miel

Una brisa dulce

así como sabor a miel,

es la que ahora luce

pegada impregnando mi piel,


arreglando las cañerías de mi interior,

abriendo gota a gota,

el grifo del amor

que ahora a borbotones brota,


e inunda con su sudor

hasta el más lejano poro de mi piel,

dejando trozos de arañazos,

y combustión espontánea por arder


provocada por esos ojos color verdosa miel.

jueves, 26 de mayo de 2011

Lo ultimo que recuerdo razonando fue que la besé. Después de eso se apodero de mi la locura, y creo que de ella también. Tras haber estado esperando recuerdo levemente que luego fuimos avanzando lentamente, devorándonos el uno al otro en cualquier parte. Por mi parte, amante del riesgo que soy, prefería pararme en mitad de un paso de peatones. Ella se reía mientras me decía que estaba loco por hacerlo. Así a paso de tortuga llegamos a un hotel, donde esa noche no había prohibición para la pasión de dos locos enamorados.

Hasta ahí era donde mi mente quería recordar. El resto es un manojo de arañazos en la espalda, mordiscos cariñosos, creo que manos frías, y un nubarrón de imágenes de color carne opacas. Miré hacia mi derecha en búsqueda de mi tabaco y me lié un cigarro. No me lo fume, en su lugar me lo guardé. Observé un rato más como dormía, allí acurrucada a mi izquierda. La besé en los párpados diciéndole “duerme pequeña, duerme”. Dejé una nota diciendo que me iba. Anexo a la nota dejé mi número para que me llamara. Me vestí sin hacer ruido para no despertarla. Me puse el sombrero. Coloque el cigarrillo sobre mis labios y salí a la noche moribunda. Empezó a salir el Sol mientras caía unas cuantas gotas. Fue mirar el cielo y empezó algo más fuerte, así algo parecido a una lluvia débil. Me encendí el cigarro. Me encendí el cigarro mientras andaba bajo la lluvia. La lluvia caía suavemente sobre mi, y sobre mi sombrero. Alce la vista nuevamente para observar como amanecía. Mientras caía agua sobre mi, iba esbozando una sonrisa. Pues había pasado una noche maravillosa con ella.

lunes, 9 de mayo de 2011

Me encendí un cigarro. Me encendí un cigarro mientras andaba bajo la lluvia. La lluvia caía suavemente sobre mi, y sobre mi sombrero. Alce la vista y observe que estaba empezando a amanecer. Mientras caía el agua sobre mi, iba esbozando una sonrisa. Pues había pasado una noche maravillosa con ella.

Unas cuantas horas antes...

Estaba sentado esperándola. Había quedado con ella a menos cuarto, pero estaba ahí sentado desde y media. El simple echo de saber que iba a verla me ponía nervioso. Allí sentado cada segundo parecía una eternidad. Cruzaba la pierna derecha sobre la izquierda, la izquierda sobre la derecha, estiraba las piernas, las recogía, ¡joder! No sabia ni como sentarme. Saque la bolsa de filtros, un papel, tabaco, y me lié un cigarro. Lo encendí. Lo apague tras terminarlo. Y allí seguía sentado. Justo en el momento que me planteé hacerme otro para matar el tiempo, su silueta apareció en el horizonte. Fue verla y el corazón me dio un vuelco. No podía evitarlo, a cada pisada que daba, se dibujaba una sonrisa en mi cara. Cuando estuvo lo suficientemente cerca no me contuve. La abrace como si no hubiera mañana.

¿Qué tal? Te he echado mucho de menos estas semanas, y veo que tu ami también

Según terminó de hablar, la besé.

Continuará...