jueves, 14 de mayo de 2009

Ni el último rincón

Siendo el rey de los ácaros
me escondo entre las sábanas,
cuando duermes te beso los párpados
solo te queda mi ausencia por las mañanas,

soy el polvo que resiste abandonar tu ventana
el matojo de pelusa debajo de tu cama,
una vez decidí poner mi corazón en venta
y os lo llevasteis vos, mi dama,

mi presencia lo llena todo
hasta dejo mi olor en la almohada,
para que nunca duermas tu sola, y yo solo

en un espacio infinito recorro tu habitación,
tus pensamientos, tu cuerpo y tu corazón,
no me dejo nada, ni el último rincón.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Solo te queda mi ausencia por las mañanas
[...]
hasta dejo mi olor en la almohada
[...]
no me dejo nada, ni el último rincón.


Moras en mi. Neuronas intoxicadas de lujuria. Fibras musculares impregnadas de amor.

Y sin embargo cuando duermo sin ti, contigo sueño (8)

Anónimo dijo...

afeitate..¬¬ JAJAJA

Blue dijo...

que preciosidad de poema, tienes unas formas de expresarte magnifica


conoces love of lesvian, es un grupo de musica que posiblemente te guste

un besazo :)

Juth dijo...

Mira cacho de puta lujuriosa...
No me mola que me obliguen a comentar...
así pues, no diré nada interesante ni halagador hacia ti y tus cosas.

Muy atentamente la Sr. Tortuga