lunes, 2 de noviembre de 2009

Muerto en vida

Todo se detiene en el purgatorio, que es el tiempo de la espera hasta volver a ver tus ojos, tu sonrisa, una pequeña luz que me diga que si, que si, que tu sientes lo mismo. En ese tiempo infinito que me parece toda una eternidad, estaré en mi otoño personal, mi corazón marchito alejado de su primavera, irá entristeciendo y enfriándose mientras más y más lejos paso de ti. Como llega tiempo de frió, me dejare crecer la barba, hasta que me vuelvas a decir que deje de ser un hombre lija, para ser feliz como el niño que no volveré a ser, como el hombre libre dueño de su corazón, que lo encierra en una caja fuerte. Atraco de guante blanco le hiciste al mio, con tus palabras, tu mirada y tu sonrisa, tu sonrisa que si no la veo me quita la vida. En estado catatónico te escribe este muerto en vida.

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