domingo, 20 de diciembre de 2009

Oto día más ( Y la volví a besar )

Uno de mis mejores despertares fue. Estaba tendido en la cama mientras ella se duchaba. Era una lástima que tuviera que irse tan pronto. Ella debía asistir a unan reunión y yo debía ir a ver a mi representante. Si disponía de representante, pues soy hombre polifacetico, puedo hacer música, letras de canciones o dedicarme a escribir. Intentando contar el gotelé del techo pasé los minutos que tardo en ducharse, ami me parecieron horas. Finalmente salio del baño, una diosa envuelta en mi toalla. Se sentó al borde de la cama y yo rode a su lado.
-No vayas a esa reunión, quedate aquí conmigo
-Lo siento, pero no puedo faltar
-¿Qué puedo hacer yo para que no vayas?
-Un millon de cosas, pero enserio tengo que ir.
Me resigne y acepte que se marchara malamente. Mientras preparaba el desayuno, café y magdalenas, ella se iba vistiendo. Con el rabillo del ojo ví como su cuerpo iba encarcelándose en la ropa. Al llegar a la cocina, la volví a besar como si fuera la última mujer que fuera a besar. Tras desayunar cogió sus cosas y se marchó. Me quedé en el umbral escuchando los látidos de su corazón cada vez más lejos. Después un frío silencio lo llenó todo. Cerré la puerta, me encendí un cigarrillo, y me puse a leer el periodico de la mañana. El periódico pertencía a mi vecino, un octogenario que se levantaba a la misma hora que las gallinas, cuando el terminaba de leerlo, me lo dejaba en la puerta. Y yo por su favor le escribía relatos para que un viejo verde se divirtiera en sus días de soledad. Tras pasar los sucesos nacionales pasé a los locales.
¿Qué? No podía ser, mi representante había muerto esa misma noche. Me vestí cogí mi abrigo y mi sombrero. Corrí a la calle, cuando fuí a cruzar la acera no lo ví. El silencio y la oscuridad lo llenaban todo.

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