Como la mañana cálida
como un sol temprano,
se me cruzo tu mirada
la que me quede mirando.
Con la torre de babel nos condenaron
y fueron nuestros labios los que nos liberaron,
de ese idioma por prisión
eliminamos las fronteras por pasión.
Emulamos al cielo con un abrazo
y a la misma creación con un beso,
matamos a Dios con un carnal lazo
de tus labios me hice preso.
El movimiento de tu cadera
me queda cada día más loco,
me mata solo la espera
dos semanas me saben a poco.
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