sábado, 17 de abril de 2010

Tu rastro

Como sabueso sin domesticar
busco sin hallar
el rastro que me lleve nuevamente a tus caderas, también sin domesticar
las que añoro abrazar
y acariciar suavemente,
pero me pierdo en mitad del rastro
desviándome a otro lado
siguiendo un rostro
siendo yo de otro modo
tan parecido y tan distante
sin saber que estoy delante
de lo que aparece mil veces en mis sueños,
esa diosa sin dueño
la cual quisiera yo amar
y en mi cama amarrar
de corazón llamado libertad
dejándome naufrago de su amor,
así me agarro a cualquier tronco
que se cruza delante mía en alta mar
sigo siendo perro sin amo ni dueño
persiguiendo tu rastro y mi cola, ladro en sueños.

1 comentario:

Diva hebrea dijo...

Pero qué perruno estás hecho...
ya sabes, me encantan!