viernes, 9 de julio de 2010

El problema Jorro

En aquella hora ambigüa
te fuíste sin decir adios
no me dejaste tu teléfono en la guía
ni un café para dos
ni un pronto te llamo
ni una nueva cicatriz en el corazón,
me he quedado sentado en el arcen
como un autostopista
esperando al próximo coche del amor,
así llega otra amanecer
con una nueva brisa
con olores de alcohol,
sigo andando sin rumbo ahora
búscando el día y la hora
en el que en un cruce
sin más pensamientos nos crucemos los dos.

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